Una casa grande y antigua donde se conservan recuerdos de familia y de su infancia. Irene y él eran hermanos, vivían allí, en aquella casa, era una locura por ser la casa grande donde podían vivir más personas. Vivían los dos muy tranquilos. A eso de las siete de la mañana estaban levantados, hacían limpieza y a las once de la mañana después de dejarle a Irene las otras habitaciones para que las arreglara, él se dirigía a la cocina.
Ninguno de los dos se casó, Irene tuvo dos pretendientes pero los rechazó y a él, se le murió Maria Esther antes de comprometerse. Irene no molestaba a nadie se pasaba el día tejiendo, él la complacía comprándole lana de buenos colores y se entretenía viéndola tejer.
Hablando de la casa, de su distribución. El comedor, une sala con gobelinos, biblioteca, tres dormitorios, a la casa se entraba por un zaguán con mayólica. Se le ocurrió encender fuego para poner la pavita de mate, se dirigió a la cocina y escuchó ruidos, calentó la pavita y se dirigió a Irene y le dijo que se habían tomado parte de la casa y por eso cerró la puerta del pasillo, ella se preocupó mucho y tiro el tejido al suelo.
Ambos habían dejado parte de sus cosas, libros y lo que queríamos, nos entristeció mucho. Se entretenían con otras cosas y así pasaban el día y la noche pero seguían oyendo ruidos. Resolvieron salir a la calle y el cerró bien la puerta de entrada y tiró las llaves al alcantarillado para que no se les ocurriera robar.
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