Allí
estaba él, un hombre alto, con carácter imponente y al mismo tiempo misterioso.
Fumaba un cigarrillo tras otro, sin parar, detrás de esas decadentes casas que
hacían parte de nuestro paisaje. De inmediato me sentí cautivada por su
presencia en el lugar, por su estilo único y particular.
Vestía
un uniforme militar ajustado a su cuerpo atractivo y fuerte, con su voz
determinante nos daba instrucciones para seguir en un juego donde predomina la
estrategia y la habilidad. Él continuaba con una sonrisa que ocupaba todo su
rostro, acostumbraba a terminar el día narrando
una que otra historia, alguna vez me comento, que National Geographic
era su escenario de juegos imaginarios.
Oliver
Ehmig, el enigmático de la fotografía, mi amigo, mi comandante y sobretodo una
de las personas de las cuales más he aprendido de la vida. Él, trabaja en las
calles y su lugar de edición es su computador y una mesa en el restaurante-bar
llamado Otraparte. Un hombre que sigue amando su profesión día a día, porque al
sol de hoy su cámara es la extensión de sus manos.
El
ojo de Oliver está entrenado para el trabajo documental porque desde pequeño,
según cuenta él, sus sueños de hacer documentales como los que veía en la tele
y en las revistas de Natgeo, el fondo del mar, los descubrimientos de tumbas y
los rostros del sufrimiento de la guerra ocupaban su cabeza.
Por
alguna razón lo conocí, él está completamente loco, ama la cotidianidad. Es
amante a una serie animada llamada Calvin & Hobbes, afirma que se siente
identificado, porque es una representación de su niñez. Oliver no es
colombiano, es Alemán, pero tiene el acento paisa y la nacionalidad Colombiana
más marcada que cualquiera de nosotros. Se la pasa recorriéndose los municipios
de Antioquia fotografiando aquello simple, esencial de la vida diaria.
Es
un hombre increíble, obstinado, creativo. Lleva un niño por dentro que siempre
me hace recordar lo esencial de la vida, que me hace reír y que siempre es
sincero consigo mismo y con los demás, por eso lo admiro y espero continuar
esta amistad y hermandad que hemos construido.